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  • Defendiendo la montaña, ¡NATURALMENTE!
    Defendiendo la montaña, ¡NATURALMENTE!

Una ascensión de leyenda

El 14 de agosto se cumplen 50 años de la entronización de la Virgen del Pilar en la cima del Aneto La iniciativa surgió de Montañeros de Aragón y el semanario barbastrense ´El Cruzado Aragonés´.

Año 1956. Nos encontramos en pleno franquismo. Aragón es una región tranquila, olvidada de las grandes esferas del poder.

Muy poco se refleja en los medios de comunicación de poblaciones como Benasque, Eriste, Castejón o del Aneto, el techo de la Península Ibérica. Nada mejor como la entronización de la Virgen del Pilar en la cima del Aneto para reclamar mayor atención a los medios centralistas. Este verano se celebra el 50 aniversario del hecho.

"En aquellos años ocurrían pocas cosas y a estos actos se les daba mucho bombo. Además, políticamente no se podía hablar de nada. Todo iba bien", indica Joaquín Torres, expresidente de Montañeros de Barbastro.

A comienzos del siglo XX desde algunas instancias catalanas se ponía en duda que el Aneto perteneciera a Aragón. "Decían que había unos derechos concedidos por Alfonso XIII sobre esa montaña para el Centro Excursionista de Cataluña (CEC). Que nos toquen las narices los catalanes, es históricamente muy viejo", explica con ironía Torres.

Pero la espoleta que avivó el fervor aragonesista fue la colocación de una cruz de aluminio en la cima del Aneto por el Centro Excursionista de Cataluña (CEC) en el 51. "Por aquel entonces, hacer cosas por Aragón arrastraba mucho. Aragón reafirmaba que el pico era nuestro al poner a la Virgen en la cumbre", dice Joaquín Torres

Iniciativas

El semanario barbastrense El Cruzado Aragonés junto a Montañeros de Aragón de Zaragoza encabezaron las actuaciones. "La iniciativa la tuvo el redactor de El Cruzado Manuel Samitier Lain, un abogado y jurista de derecho aragonés. También colaboró el Frente de Juventudes y el ejército. Hasta miembros del CEC estuvieron en la cumbre", explica Torres.

El 4 de febrero comenzaba la movilización. La idea era colocar la Virgen el 14 de agosto. El escultor zaragozano Beltrán era el ejecutor de la imagen en granito, "especialemente enviada de las canteras de Pont de Suert", y muchas instituciones y clubs de montaña aportaron dinero en esta colecta tan especial. Se creo un Comité de Honor compuesto por las máximas instituciones civiles (entre ellas Luis Gómez Laguna, alcalde de Zaragoza), religiosas y militares.

Una semana antes de la entronización, el montañero Ramiro Brufau capitaneó una ascensión preparatoria con Vicente Duaso, Luis Escanilla y Alfonso Ortiz. Su objetivo era "construir el basamento necesario donde descansaría la imagen. El equipo deberá quedarse tres o cuatro días completos en la cima", decía El Cruzado.

"El señor Arzobispo de Zaragoza, Casimiro Morcillo, desafiando los 216 kilómetros, se personará en Benasque para presidir el grandioso acto de la bendición de la imagen", indicaba el semanario.

Las vísperas se llevó a cabo la misa en la iglesia de Benasque. Se realizó la bendición de la imagen y el Grupo de Coros y Danzas de la Sección Femenina de la Falange de Barbastro hizo un acto folclórico.

Por la tarde, la procesión se dirigió con la imagen desde Benasque hasta su campamento base en el refugio de La Renclusa. "Don Lorenzo Almarza, fundador de Montañeros de Aragón, entregó la imagen a los jóvenes montañeros y esta continuó su marcha en sucesivos relevos, iniciados por Luis Paúl, Presidente de la Comisión Organizadora", explica el semanario. Torres explica que "cuanto más cercana estaba la cumbre, de más entidad era la persona que llevaba la virgen".

Un momento cumbre fue la llegada a La Renclusa de la Virgen del Pilar. "Se cantó, se rezó, se lloró y Francisco Izquierdo, con su verbo fogoso, puso al rojo vivo el fervor pilarista de las 600 personas allí concentradas", afirma El Cruzado.

La ascensión

El guarda de La Renclusa, al grito de "¡al Aneto!", despertó a toda la gente. Se formaron los grupos de montañeros que, con las primeras luces, emprendieron la ascensión al Portillón Superior, y de allí, atravesando el glaciar, al Aneto.

Pasado el mediodía era colocada la imagen en presencia de 300 montañeros. "¡Qué bien sonaba el himno a la Virgen del Pilar en aquellas alturas!", cuentan las crónicas.

Se celebraron tres misas en un altar improvisado con piolets e insignias montañeras... "Se dio suelta a palomas mensajeras que, a las dos horas, estaban ya en Jaca con el anuncio feliz. Para que ningún montañero faltase, cuando ya se estaba efectuando el descenso, retumbaron las montañas con una imponente tormenta...".

RICARDO MARTÍ
www.redaragon.com