Iniciamos la actividad el sábado 6 de octubre de 2012 a media mañana en el aparcamiento del fondo del Valle de Pineta, caminando por la pista de La Larri hasta tomar el empinado sendero que tras cuatro duras horas nos lleva al Balcón de Pineta.

Admiramos la cara norte de Monte Perdido con la reciente capa de nieve caída los días anteriores. Preparamos el campamento y tras aligerarnos de peso ponemos rumbo a los picos de Astazou. Lorenzo nos lleva por una canal en la cara sur con trepadas fáciles que hacen más amena la ascensión al Gran Astazou. Continuando la cresta y con nuevas trepadas alcanzamos el Pequeño Astazou. Retornamos al campamento para cenar y dormir, la mayoría en tiendas, algunos en vivac bajo las estrellas.

El domingo amanece algo nublado, confiando en la mejoría del tiempo nos ponemos en marcha hacia Monte Perdido, las pedreras dejan paso a las primeras nieves del otoño.

Trepamos la barrera rocosa que protege el glaciar de Monte Perdido y más tarde alcanzamos el Cuello del Cilindro.

En este punto el grupo se separa, Lorenzo liderará el ataque por la cresta hasta el Dedo y los demás continuamos hacia la vía normal por el Ibón Helado y la escupidera. Sorpresa: un grupo de seis personas ocupa la vía normal al Dedo, así que tres componentes liderados por Pepe guardarán su turno mientras el resto hacemos cima en Monte Perdido.

El grupo de Lorenzo consigue la cima del Dedo tras una escalada meritoria mientras el trío de Pepe por fin accede a la vía normal. Pero es demasiado tarde y el tiempo, nublado, tampoco ofrece confianza, así que la obligada prudencia hace que los procedentes de la cima del Perdido renunciamos al Dedo y comenzamos el descenso.

Desmontamos el campamento para empezar la larga bajada, el grupo de Lorenzo lo hará un poco más tarde, juntándonos todos finalmente en el aparcamiento, cansados por la larga y dura jornada pero contentos de las cimas conseguidas.