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Crónica Crestas del Vignemale (promocional)

Los pasos más comprometidos y bajo las primeras gotas de lluvia hicimos cima en el pico Central

Aunque no pudimos hacer toda la cresta por culpa del la meteo, conseguimos tres cimas de éste extraordinario macizo.

La reunión del jueves 28 no auguraba un fin de semana seco, la previsión era clara: el sábado agua, el domingo a disfrutar de la montaña. Sabíamos que nos íbamos a mojar, aun así, no pudimos hacer oídos sordos a la llamada de la montaña.
El sábado 30 de septiembre 15 aguerridos montañeros nos juntamos en el Hotel Norte para afrontar el largo viaje hasta el Barrage d’ossoue, en Gavarnie (Francia). Unos cafés calientes acompañados de algún bollo y los saludos habituales entre nosotros fue la mejor bienvenida a un día que a priori se esperaba gris. Después de fijar la hora y el lugar del almuerzo, salimos hacia nuestro objetivo.
El avituallamiento en “El Molino” de Escuer tuvo sus luces y sombras. Por un lado, disfrutamos de un espléndido almuerzo acompañado de las habituales charlas y relatos montañeros. Por otro lado, el diluvio que caía a fuera, nos hacía ver que el día iba a ser muy duro.
El viaje a Gavarnie tampoco fue mucho mejor, la lluvia aparecía y desaparecía por doquier, cambiando de intensidad caprichosamente. Como si de un capricho del destino se tratara, cuanto más nos acercábamos al famoso circo calcáreo mejor meteorología teníamos. Tanto es así que, al llegar al aparcamiento del Barrage d’ossoue unos tímidos rayos de sol nos dieron la bienvenida a los dominios del conde Russell. 

Preparamos todos los bártulos y comenzamos la aproximación hasta el refugio de Bayssellance. Algo menos de dos hora y media fueron suficientes para acometer los aproximados 900 metros de desnivel positivo que separan el aparcamiento del refugio. Durante este recorrido pudimos disfrutar de las diferentes cascadas que hay a ambos lados del camino, así como de las Grutas Bellevue que mando horadar el conde Russell. Durante pocos minutos la lluvia hizo acto de presencia, pero no de manera reseñable. El día en que, supuestamente, nos íbamos a mojar, podemos decir que “nos salvamos”. Con la alegría de no habernos mojado a penas y que el día siguiente daban mejor previsión (aunque empezaban a haber augurios de mal tiempo a partir del mediodía) disfrutamos de una cena sorprendentemente copiosa y rica.

El domingo, tal y como se esperaba, amaneció con buena meteorología. Bajo la luz de nuestros frontales comenzamos bajando los casi 200 metros que separan el refugio de Bayssellance del desvío hacia el glaciar del Vignemale. Poco a poco fuimos ganando desnivel en la morrena glaciar, sorteando bloques de piedras y corrientes de agua. Durante esta subida pudimos disfrutar de las primeras luces del día sobre el circo de Gavarnie.

Al llegar al comienzo del glaciar llego la hora de colocarse los crampones y el arnés. Durante ese momento pudimos vislumbrar por única vez en el día el Pique Longe y gran parte del glaciar con las Puntas de Chausenque y Espalda de Chausenque.

Avanzando por el glaciar, entre nieve y rocas y alguna pequeña trepada, fuimos ganando altura por la ladera norte del pico Montferrat. La niebla fue apareciendo poco a poco y nos arrebató toda la ilusión de disfrutar del paisaje que nos rodeaba.

Cuanto más cerca estábamos de la cresta, más fuerza adquirían las rachas de viento. Las condiciones meteorológicas empezaban a empeorar. En la cresta nos encaramamos a la cara sur para ver, 1400 metros más abajo, el valle de Bujaruelo. La verdad es que no pudimos verlo, pero se notaba que el patio era muy considerable.

Cresteamos en dirección sureste para dirigir nuestros pasos a la cercana cima de Montferrat. Con cuidado fuimos sorteando las diferentes trepadas y los destrepes hasta pisar la cima. Estábamos en la primera cima del día.
Montferrat (3.217m)

Observando que las condiciones meteorológicas no nos iban a permitir conseguir culminar nuestro objetivo de realizar toda la cresta desde el Montferrat hasta el Pique Longe, tomamos la determinación de seguir la cresta hasta el Cerbillona.Así, al menos, realizaríamos algo más de la mitad de la cresta y conseguiríamos tres cimas. Para ello, lo primero de todo, era hacerle frente a la afilada cresta entre el Montferrat y el pico Central. No es una cresta difícil, pero es aérea y comenzaba a estar mojada por las nubes.



Poco a poco y, con cuidado, fuimos cruzando uno a uno los pasos más comprometidos y bajo las primeras gotas de lluvia hicimos cima en el pico Central. Al igual que en las últimas horas, no pudimos disfrutar de las vistas que nos rodeaban. Aun así, seguíamos sonrientes.


Pico Central (3.225m)

Continuamos por la cresta bajando hacia uno de los collados más conocidos del macizo, el collado de Lady Lister. Echamos un vistazo a la salida del famoso corredor de la Moskowa y proseguimos por la cresta hasta hollar la tercera y última cima del día.
Pico Cerbillona (3.248m)

En este punto dimos por finalizado nuestro cresterío y comenzamos a bajar. Primero al glaciar, donde tras un parón para colocarnos los crampones y sacar el piolet, descendimos por el mismo con cuidado, evitando las grietas.
Una vez finalizado el glaciar y de haber contactado con el camino de subida, descendimos bajo un buen diluvio hasta el Barrage d’ossoue. Como es habitual en las bajadas, el grupo se fue desperdigando en base al ritmo, pero, poco a poco, todos fuimos llegando al final. Estábamos empapados, mojados de arriba abajo, pero, aun así, ya estábamos hablando de que tenemos que volver a este precioso rincón del Pirineo a terminar esta hermosa cresta.

¡Salud y montaña amig@s!


Texto y fotos: Xabi Garate
Sección Alta Montaña
Club de Montaña Pirineos de Zaragoza