Tras una breve revisión de los nudos durante la tarde anterior, arrancamos la jornada del sábado madrugadores y perezosos. Nos equipamos en el parking de Portalet y partimos hacia la zona de práctica. Durante el camino, revisamos algunos conceptos básicos acerca de la progresión en pendientes de nieve, ascenso en roca y manejo de material. Con gran esmero y paciencia los monitores se detienen a ayudar con las mochilas y crampones a los alpinistas menos expertos.  

Pese a tener reciente el curso de iniciación al montañismo invernal, la falta de práctica y material inadecuado de algunos integrantes del grupo provocan que se nos resistan ciertas pendientes. De esta manera, los monitores aprovechan para introducirnos al aseguramiento en nieve. Ni corto ni perezoso, Pepe monta una reunión de tres cabos, reduciendo las posibilidades de que más de uno baje la pendiente rodando, ¡por supuesto yo la primera!  

Avanzamos la mañana con una clase magistral sobre el montaje de reuniones en nieve blanda y dura, encontrándole una utilidad inesperada al piolet; así como una lógica aplicación a todo el barullo de cuerdecitas y grilletes que hemos adquirido para el curso. Entre risas y lloros, con los traseros helados del trono de nieve, aprendemos y ponemos en práctica el montaje de reuniones con piolet y setas de nieve para asegurar el descenso de nuestros compañeros y el nuestro. Algunos nos estrenamos en el rápel (como es mi caso, ¡cómo no!).

Cansados y doloridos aterrizamos en el refugio con el único consuelo de una ducha y comida caliente. Tras afrontar otra lección acerca de los peligros de la montaña, nos recompensan con una magnífica cena. Degustamos, entre otros platos, una deliciosa crema de verduras, cortesía del encantador personal del refugio de Telera. Así terminamos el día, con los estómagos llenos y satisfechos por todo lo aprendido.

Al día siguiente, más fuertes y enérgicos, atendemos con gran interés a una serie de explicaciones teóricas y prácticas sobre sistemas de anclaje móviles en roca (tornillos, empotradores y friends), montaje de reuniones y aseguramiento con reverso. Tras esto, practicamos un ejercicio de encordamiento y rescate en glaciares, el cual me brinda algún que otro patinazo de regalo durante la autodetención.

Finalmente, cerramos el día con una gymkana de lo más completa, que nos permite poner en práctica todas las técnicas de aseguramiento aprendidas a lo largo de una formación rocosa de poca altura. Ilusos de nosotros, pensábamos que los monitores bromeaban cuando decían que preparásemos el frontal, ¡por muy poco no acabamos usándolo!

Pese a las horas y a que las condiciones metereológicas no acompañaban, abandonamos el valle alegres; despidiéndonos entre agradecimientos y abrazos, profundamente emocionados por la gran experiencia que el club y los monitores nos han brindado. Ni que decir tiene que también mucho mejor informados y mucho más seguros en la montaña.

Para terminar, aprovecho para agradecer a los monitores que nos han acompañado y guíado en esta actividad: a Félix por su infinita paciencia y dedicación, a Alberto por su buena voluntad y empatía, a Pepe por su sentido del humor y vocación; y, por supuesto, también a Jesús, cuyo apoyo ha sido decisivo en el desarrollo del curso. Ha sido una suerte poder contar con vuestra profesionalidad y, sobre todo, calidad personal.

¡Gracias de corazón por esta experiencia!

Texto: Vira Sharko