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Adiós a un amigo

 

fernando2.jpgHoy despedimos a un AMIGO, de los grandes, de los de con mayúsculas. Hoy despedimos a Fernando Tena.

El 20 de julio la fatalidad nos lo arrancó de golpe, en el pico del Aspe, rodeado de las montañas que tanto amó.

Allí, en los Pirineos, y también en los Alpes y hasta en el Himalaya, es donde nosotros le conocimos y aprendimos a quererle, sin  esfuerzo, porque pocos lo han merecido más y lo han hecho más fácil. Daba igual el momento, ya fuese bueno o malo siempre había en sus labios una sonrisa lista, en sus gestos un detalle, en su mano una ayuda por si te hacía falta.

Aunque a veces la montaña nos roba a alguien, es en ella donde hemos encontrado a muchos de nuestros mejores amigos, de los de verdad, de aquellos en los que se puede confiar. Vivir la montaña nos permite descubrir los valores de fondo del ser humano porque allí conoces el sufrimiento, el desánimo, la sed y el hambre, el frío y también el miedo, pero lo haces siempre rodeado de amigos y compañeros, nunca sólo y finalmente encuentras esa honda felicidad que te embarga, que te engancha, difícil de describir y casi siempre difícil de comprender que solemos llamar pasión por la montaña.

fernando1.jpgFernando vivió está pasión pero de la misma manera que vivió su vida, con calma, con medida, con tiempo para su pandilla, para su familia, para ayudar a su padre a hacer aquel vino con carácter que siempre nos ofrecía o para ponerse a jugar con los niños, con los que tan buena mano tenía.

Fernando aplico esa pasión en el esquí de montaña, en el alpinismo y en el montañismo estival; en cada estación buscábamos lo más adecuado pero siempre sin buscar retos deportivos; para él salir al monte con los amigos era lo realmente importante.

fernando3.jpgHemos vivido juntos miles de instantes maravillosos, pero también los hemos tenidos difíciles, y en esos momentos, su templanza, su serenidad y su capacidad de adaptación salían a escena. Siempre lo vimos comportarse con prudencia, ante todo la seguridad, la suya pero sobre todo la de los demás, nunca le vimos ir tozudamente adelante cuando las circunstancias lo desaconsejaban y nunca lo costo darse la vuelta y renunciar

Hemos coronado muchas cimas juntos y seguiremos haciéndolo, sí claro, con Fernando. Volveremos a deslizar nuestra mirada hacía el horizonte plagado de montañas, valles, bosques e ibones en un despejado día o tal vez hacía pequeñas puntas que jalonan uno de esos sobrecogedores mares de nubes teniéndolo con nosotros, en nuestro pensamiento, en nuestra memoria, en nuestros corazones.