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Crónica curso escalada en hielo, febrero 2022
6:30 AM, suena el despertador en el albergue “Pájaro Loco”, más vacío de lo habitual por la pandemia. Hemos quedado a las 8 sen el parking de Ampriu para dar comienzo al curso de Escalada en hielo con el veterano guía Alberto Posada. Toca buscar a mis compañeros, que han hecho noche directamente ahí gracias a unas camper bien aisladas.
El panorama para los esquiadores es algo triste, no nieva desde el 10 de diciembre. El amarillo del cesped invernal contrasta con el blanco de las nieve, en su mayoría de cañones. Alberto nos comentaba, sin embargo, que los años de poca nieve son fantásticos para la escalada en hielo. Eso justo con un Sol radiante pronostica un gran fin de semana.
Nos ponemos los crampones y Alberto nos explica la correcta clavada de crampones, así como la actuación en caso de una caída con autodetención. Después de dedicar unos momentos a habituarnos a caminar sobre el hielo, Alberto escala una pequeña pared y tira una cuerda. Nuestro pequeño primer reto nos espera. Abordamos la evolución de los piolets, desde los más polivalentes hasta los piolet ergonómicos totalmente diseñados para la escalada en hielo. La clavada del piolet es clave, el movimiento tiene que buscar “desgarrar” el hielo de arriba a abajo. Unos minutos después estábamos probando nosotros mismos. Lo más sorprendente de todo es la robusted del piolet clavado en el hielo. Es capaz de soportar el peso de todo el cuerpo y te puedes colgar de él para descansar.
Al poco tiempo esta pequeña pared sabía a poco. Además, nuestra inexperiencia nos hacía mellar el hielo más de lo que nos gustaría. Era hora de remontar el barranco e introducir un nuevo concepto: los tornillos de hielo. Esta ingeniosa herramienta permite crear anclajes bastante seguros en mitad del hielo. Lejos de lo que pueda parecer son fáciles de colocar si están bien afilados. Basta con enroscarlos a mano hasta que se sostengan por sí solos a la pared para, a continuación, rematar el trabajo con la manivela. ¡Bendita ley de la palanca! Complementamos el uso de tornillos de hielo con el montaje de una reunión a dos puntos con triangulación.
Con todo lo aprendido nos lanzamos a una situación algo más realista: cómo progresar en una vía alpina de varios largos a) siempre de primero y b) alternando entre primero y segundo. Tras una pequeña prueba de escalada mixta en roca algo quebradiza, descendemos el barranco con unos divertidos rapeles en el hielo. La primera jornada había concluido.
A la mañana siguiente, ya con las pilas cargadas, madrugamos un poco más. Esta vez nos dirigimos al barranco de Ardonés, por la misma zona, para afrontar unas paredes de hielo de hasta grado V. Hoy no hay teoría, toca escalar, escalar y escalar al estilo deportiva. Realizamos la aproximación al barranco en cordada, la escarpada pendiente no perdona y una caía arruinaría el día.
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