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El mundo de Julio Benedé

julio_benedeEl Periodico de Aragón le ha hecho entrevista a Julio Benedé, socio del Club Pirineos, que ha recibido la insignia de oro de la Federación Aragonesa de Montaña.

El veterano esquiador de montaña de 56 años recibió la insignia de oro de la Federación Aragonesa Vive solo en Bagüés, un pueblo de montaña perdido en las Altas Cinco Villas

Julio Benedé es un montañero de épocas pretéritas. Este zaragozano peculiar huye de las masificaciones, de los nuevos materiales, del alto nivel, de la competición. En suma, del esnobismo que rodea al nuevo montañismo. El deportista del CM Pirineos parece extraído de una película de aventuras del siglo XIX. Con su cara curtida por el aire de las Altas Cinco Villas, sus gafas y su blanca barba, se parece a un explorador de la Antártida.

Benedé ha dado en los últimos años varios giros de tuerca a su vida. A finales del año pasado decidió dejar junto a su inseparable Luis Royo el Centro de Tecnificación de Esquí de Montaña de la Federación Aragonesa. La territorial le otorgó su máximo galardón, la insignia de oro de la cena de la montaña. "La territorial siempre ha reconocido a la gente y tengo con ellos muy buena sintonía", afirma.

Cansado del barullo de la ciudad, hace tres años tomó una decisión importante. Cogió la excedencia de su trabajo en el colegio público Sainz de Varanda y se fue a vivir a Bagüés, un pueblo en la media montaña fronterizo entre las provincias de Huesca y de Zaragoza. Vive solo en una casa de sus abuelos maternos. "Ahora estamos tres casas. Abro la ventana y veo el Pirineo desde la Peña Ezcaurre al Monte Perdido. En la casa no tengo ni internet. Y si se rompe la televisión, tenga por seguro que no la arreglaré", dice.

Lejanía

Este zaragozano de 56 años criado en Torrero apenas baja a Zaragoza. "Estoy a dos horas de coche. Bagüés esta a 850 metros y estos días teníamos 15 centímetros de nieve. Quiero vivir al cien por cien mi tiempo libre. A Zaragoza no volveré hasta que me pongan las piernas por delante. Me he salido de la rueda y ahora volver sería perder la vida. En Zaragoza me agobio".

Apenas vive en Bagüés, que define como su campamento base. "Los fines de semana son para mi de viernes a lunes. No llevo una vida contemplativa y llevo un ritmo bastante dinámico". Ahora ha creado con unos colegas el blog denominado Sendero Límite. "Lo compone un grupo de esquiadores y escaladores aragoneses. Estamos diez personas en este colectivo y son gente muy preparada. Es el futuro de la territorial", apunta. En este blog divulgan sus actividades. "Somos conocidos por el esquí, pero tenemos abiertas muchas vías de escalada en Peña Ruaba, Agüero y Riglos. Son para todos los públicos, para que la gente disfrute de la escalada", indica.

Lleva toda su vida practicando el esquí de montaña. "Lo hago hace 35 años. Pero me gusta hacer de todo. Correr por el monte me encanta y es la base. Hay mucha gente que quiere correr antes de andar. Buscan la dificultad, se cuelgan en un tablero de un dedo y hacen 7x de grado. Son jóvenes que te vienen a dar lecciones", dice con ironía. El esquí de montaña es un deporte en el que cuenta mucho la experiencia. "El aprendizaje es muy largo. Da muchas satisfacciones, pero hay que ir a las estaciones de esquí a aprender y después estás a cero en esquí de montaña", reconoce.

Benedé es partidario de realizar competiciones de esquí de montaña cerca de las estaciones. "Ahora se vuelven a hacer competiciones en la alta montaña. Pero es un movimiento pendular. Antes su subía al Aneto y la Maladeta en competición. Pero había mucho riesgo en soltar cien personas en el monte. Esto lleva una gran complejidad organizativa", explica.

Donde más le gusta esquiar es en el Valle de Tena. "Es un paraíso y eso que no dan muchas facilidades las estaciones de esquí. Tengo el proyecto de escribir en un libro la ruta tensina en seis etapas", dice Benedé. Se considera un diesel del montañismo. El pasado mes de julio hizo 26 días de montaña y 27 en agosto. "Y con Luis Royo hice 50 escaladas. Nos gusta más la cantidad que la calidad. Eso aparentemente no queda muy bien, porque no es lo que vende. Yo no puedo hacer 55 días de calidad en dos meses. !Estaría muerto¡. Y para mí cuenta más la compañía que la actividad", confiesa.

 

R. MARTÍ 19/01/2013
El Periodico de Aragón