Sin productos en el carro
Crónica de la promocional de alta montaña a Dientes de Batanes
La idea era partir hacia el pico Spijeoles el fin de semana del 11,12 y 13, pero tras mirar la previsión del tiempo se decidió cambiar a un plan «B», ya que daban abundantes lluvias, especialmente el domingo, asi que fuimos al Diente de Batanes el 11 de octubre 2014
Este nuevo plan propuesto y elaborado por uno de los monitores consistía en alcanzar el más alto de los Dientes de Batanes, salida de ida y vuelta en el día para intentar no mojarnos más de la cuenta.
Y así fue, partimos a las 6:30 de la mañana el sábado 11 de Octubre, un grupo de unos/as doce valientes más cuatro monitores que preferimos el aire de la montaña al barullo de Zaragoza durante las fiestas del pilar.
Llegamos a los Baños de Panticosa sobre las 9 de la mañana, aparcamos frente al refugio «La casa de Piedra» y tras un bocado rápido nos calzamos las botas y nos preparamos para los cerca de 1260 metros de desnivel que nos esperaban. El día era soleado y parecía que nos iba a respetar la excursión, había merecido la pena el madrugón.
Comenzamos a subir con algo de fresco por el GR-11 que nos adentraba en el bosque, principalmente poblado de pinos. Un fuerte desnivel el de los primeros metros que nos calentó las piernas y el cuerpo en poco rato, pronto salimos del espesor y se nos abrieron las primeras vistas del valle, con los edificios de los Baños de Panticosa manchando la panorámica.
Acompañando durante este tramo de subida bordeaban el camino decenas y decenas de setas, entre ellas las llamativas Amanita Muscaria y también algún rebollón que recogimos para la vuelta.
Continuamos subiendo y salimos del GR-11 por un nuevo sendero que nos metía en una pedrera ya no tan cómoda para nuestros pies, después de otros 200 metros más de desnivel superados por todos sin problemas, nos plantábamos ya en los Ibones de Serrato con más de la mitad de la altura superada a hacer un descansillo rápido y comer algo para coger energías. Por supuesto y como es habitual tuvimos que sacar ropa de abrigo antes que comer, pues a pesar del calentón de la subida, el sudor y la brisilla de altura nos refrescaban el cuerpo.
Tras esta parada, nos pusimos otra vez en pié y continuamos un rato hasta dejar los Ibones de Labaza a nuestra izquierda y superando el collado que deja los batanes a nuestra derecha. Las nubes comenzaron a cerrarse y parecía que el día se nos iba a complicar con algo de lluvia, pero los ánimos no cayeron y todos/as continuamos decididos hacia la cima, seguimos los «mojones» (alguno muy curioso) y rodeamos por el norte los cortados de los Dientes para dirigirnos hacia la subida del más grande de ellos.
Una vez llegamos a la base de los dientes entre algo de niebla que nos hizo perdernos de vista durante un rato, ya solo nos quedaba una pequeña trepada de unos 20 metros, así que nos pusimos los cascos, los arneses para rapelar después si hacía falta y tiramos para arriba, subimos bastante rápido y sin problemas, después… CIMA!!!! y foto de familia, aunque las nubes nos cerraron las vistas en ese momento, la recompensa nunca falla y la alegría estuvo asegurada.
Tras hacer cima y visto el fresquillo que hacía, bajamos de nuevo, algunos rapelando y otros más atrevidos destrepando directamente, nos quitamos arneses y cascos y comenzamos la bajada por Bachimaña.
Hicimos alguna parada corta durante la bajada para comer algo de nuevo, pero seguimos bajando rápido para evitar mojarnos, ya que alguna gota caía de vez en cuando y parecía que iba a romper a llover de un momento a otro, después de unas nueve horas de andada llegamos de nuevo a «La Casa de Piedra», donde nos quitamos las botas, la mochila y demás estorbos y nos echamos la cervecita de rigor antes de volver a Zaragoza, como siempre una excursión magnífica de alta montaña, a pesar de no poder haber hecho los Spijeoles nadie volvió decepcionado, todo lo contrario, las pilas cargadas y con ganas de la próxima.
Héctor Gisbert
T.D.M. en prácticas
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