El Descenso de barrancos se ha convertido en una actividad con gran auge y al margen de que se lo pueda presentar como una práctica lúdica y fácil, es tan atractivo como arriesgada y que necesita de la aplicación adecuado de las técnicas de progresión -empleo de cuerda- y el medio en que se desarrolla con caudal de agua variable hacen imprescindible una formación específica y una correcta planificación del descenso para una práctica deportiva de manera segura y eficaz.
El barranquismo no es, ni solo ni mucho menos, la imagen de actividad de ocio y aventura que exclusiva y permanentemente difunden los medios de comunicación, muy al contrario, desde el deporte organizado y didáctico se entiende la actividad y se transmite un mensaje mucho más respetuoso, conciliador e integrador.