Crónica: Midi d'Ossau. Tras los pasos de Delfau.
El Midi d’Ossau no es una montaña más. Tiene esa forma tan peculiar que, al menos a mí, me embruja. Cuando se coge un poco de altura en el Pirineo occidental, aparece majestuoso, como un faraón. Dominando el horizonte más inmediato, se presenta aislado y reverenciado por un caótico mar de picos a sus pies. Junto con sus vecinos Anayet, Balaitus, y los Infiernos, forma parte de ese exclusivo club de cimas claramente identificables por sus formas y colores, y esto, entre otras cosas, hace que sean tan deseadas de conquistar.